Mírame, mírame lo que soy, miedo y rabia en el mismo cuerpo. Desesperanza y falta de calma, silencio lleno de inquieta angustia. Sonrisas que ocultan penas, penas eternas como el silencio del mar. Donde esconden los muertos, muertos que, al igual que las palabras con el tiempo, perdieron su cuerpo. Y ahora que todo es distinto ¿qué hacemos con los recuerdos?, ¿qué hacemos con las palabras? ¿Las transformamos en olvido y en silencio? y empezamos mañana pensando que nada pasa. Entre la rabia, el miedo, desesperanza y la falta de calma. ¡Y la falta de calma! Y ahora las palabras pierden su sentido, se transforman en olvidos y en silencios de estrechos abismantes. Yo de nuevo, como en el comienzo, como en el comienzo. No puedo,yo no puedo, ¡yo no! Cuando a mis espaldas no hay nada, cuando a mis espaldas no hay nadie, cuando a mis espaldas no hay nada, no hay nadie, no hay nada, no hay nadie, no hay nadie... ¡NO! YO NO PUEDO.
Mírame, ésto es lo que soy:
miedo, rabia, desesperanza, falta de calma.
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