La vida me enseñó
que no debo confiar.
Mi padre me enseñó como debo odiar,
pero mi madre me enseñó como debo amar.
Lo que nunca aprendí
fue a quererme a mí.
En el espejo estoy borracho otra vez.
Seré un perdedor u otro estúpido llorón.
Yo no escapé, no maltraté, no perdoné.
Si a alguien debo algo
es a mí.
Tengo que eliminar el miedo por amar.
Debo a ella cuidar y en sus ojos confiar.
Porque los ojos son los que dicen la verdad.
Son las palabras las que hay que esquivar...
En el espejo estoy gritando otra vez,
puteando a mi otra personalidad.
Creo que anoche yo no me porté muy bien,
cómo pido perdón si no puedo recordar?
En el espejo estoy moqueando otra vez,
otra botella estoy apunto de acabar.
Mi excusa siempre fue tomar para olvidar.
Esa es la estúpida historia de mi vida.
Voy a tatuar mi corazón para esconder
las cicatrices que me dejaron ayer...
Si te burlaste es porque yo te lo deje,
siempre el que ríe último soy yo.
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